encontré un cielo de luz, sin estrella alguna que lo marcara
miré al suelo partido, el agua al borde, las noches de luna y las veces que no vi los sueños, todo en un instante,
traé vos la direccional, el paseo de las hadas inicia con el sonrojo de mis mejillas,
sabés, se organizarán los movimientos,
después, solo después estás en otro mundo,
el paseo de alas transparentes y el polvillo en el aire,
entre el blanco poste, la orilla tempestuosa, un bar encantado y carteles mayores que mi fijación,
entrá, las plazas, mitades que atraviezan las anchas caderas de una mujer facil,
mirá, las cuadras, inmensos torsos grises que cubren el sol en el día,
lo que es, lejanía con cadenas.
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